El lino aporta soporte y frescor a las bandoleras, las hace más transpirables y cómodas para el verano y zonas cálidas. Es una buena opción para portear a niños más grandes. Tras el lavado y planchado con vapor, quedan más manejables y se suavizan en varios usos.
El cáñamo aporta resistencia a las bandoleras, es termorregulador y más fácil de suavizar que el lino. Una bandolera con cáñamo se puede usar a cualquier edad y resulta cómoda y mullida en el hombro del porteador.